Nueve a Cinco
Nueve a Cinco
Nueve a cinco es la condena de los pobres. Esto si el sistema es bueno contigo. Porque igual puede ser 5 a 5 o 6 a 8 (o peor). Así son estas cosas de querer cobrar un billete inocente. Yo tengo la fortuna de trabajar en un cubico, con ventana y café disponible. Yo tengo la fortuna de ganar más o menos sin tener mucho. Yo tengo la fortuna de poder cobrar un dinerito cada quince días y comer bien.
Pero, aun así, esto es una probadita del infierno. Me quemo en la silla del que pudiera ser y del ojalá pudiera hacer lo que amo. Que pudiera ser si hubiera tenido las mismas oportunidades que otros. Que pudiera ser si mi país nunca hubiera sido traspasado por hombres hambrientos de oro ajeno. Que pudiera ser si mi papa nunca hubiera tenido que migrar a la cuna de el diablo y hubiere encontrado una vida abundante en su tierra.
El que quiere avanza, dicen por ahí, pero en el proceso se pierde los ojos y también el corazón. La verdad es que el querer no es suficiente, ya que también se ocupa salud, fuerza y recursos. Cosas que se van perdiendo en la jungla de los desafortunados. Sin embargo, aquí sigo, esperando la liberación de los muchos.
Amen
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